Dentro de estos esquemas generales se engloban los distintos pensamientos negativos-automáticos que se transforman en afirmaciones incuestionables para las personas.
Pensar en lo que ya tenemos, en lo que hemos conseguido. Algunas personas son infelices porque se centran demasiado en lo que no tienen.
Desde la perspectiva de la terapia de aceptación y compromiso la licenciada comparte un posible ejercicio para trabajar los pensamientos negativos:
Cuando frases como “nadie me quiere”, “soy un inútil”, “nunca me va bien en nada”, resuenan constantemente en la cabeza de una persona estamos frente a un problema que hay que identificar y resolver.
Es posible sospechar que existe un problema a través de la observación. Una persona con pensamiento negativo se caracteriza por lo siguiente:
Los pensamientos negativos no son más que eso: construcciones mentales aleatorias desagradables, agitadoras y productoras de ansiedad, normalmente basadas en remordimientos del pasado o temores sobre el futuro.
El pensamiento negativo se origina por diversas razones. Comprender estas causas es esencial para abordar y transformar estos patrones. A continuación, se presentan dos categorías principales que contribuyen a este tipo de pensamiento.
Para contrarrestar el pensamiento de etiquetado, practica la autoaceptación y el autocuidado. Reconoce que cometer errores es parte de ser humano y que no define tu valía como persona.
No caen en here la cuenta de que en más de una ocasión el éxito viene despues de multitud de fracasos y que por eso nunca nos debemos rendir.
Nuevo pensamiento: Cada día estoy rodeado de abundancia de oportunidades. No dejan de ocurrirme cosas buenas.
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Aprenda a fantasear en positivo. En lugar de imaginar otro fracaso, describa su victoria con todo detalle.
Entorno familiar: Crecer en un hogar donde predominan la crítica y el pesimismo puede moldear tu perspectiva.
La escritura es la primera regla que recomienda el especialista para calmar los pensamientos negativos